martes, 4 de octubre de 2011

LOS CONFLICTOS SOCIALES EN EL SIGLO XV


A.- LA BUSCA Y LA BIGA
            A mediados del siglo XV la crisis que padecía Barcelona se tradujo en rivalidades políticas y sociales, protagonizadas sobre todo por las facciones llamadas Busca y Biga. Ambas querían el control del poder municipal. La Biga, formada por los ciutadans honrats (la aristocracia) y los mercaderes más ricos, había monopolizado el gobierno municipal desde el siglo XIII.
            La Busca, por el contrario, estaba formada sobre todo por mercaderes dedicados a la exportación, menestrales de los gremios municipales, artesanos y por algunos ciutadans honrats descontentos, que se constituyeron, junto con los mercaderes, en la minoría dirigente del partido. La Busca defendía los intereses económicos de la industria (sobre todo del sector textil), y del comercio de exportación.
            Entre los años 1440 y 1450, en los que la crisis catalana se agudizó, la adopción de las medidas sugeridas por la Biga no condujo a superar la crisis. Esto, unido al creciente descontento popular y a su pésima gestión, favoreció el acceso al poder de la Busca. Su programa de reformas, que abarcaba toda Cataluña fue apoyado por Alfonso “el Magnánimo”. El rey autorizaba la devaluación monetaria.
            El segundo punto del programa de reformas de la Busca era el proteccionismo: la protección de los productos nacionales frente a la competencia de los extranjeros.
            Su tercer punto programático era el de la reforma del gobierno municipal, que llevó a cabo disminuyendo los suelos de los grandes funcionarios, investigando los negocios fraudulentos realizados desde el poder por los honrats y abriendo a todos los estamentos la Consellería y el Consell de Cent.
            Aunque los tres puntos de reforma de la Busca (devaluación, proteccionismo y democratización del gobierno municipal) fueron acogidos con gran entusiasmo por el pueblo, antes de que finalizara el mandato (7 años) ya había perdido su apoyo, debido en parte a la oposición permanente de la Biga, que se dedicó a presionar a la Corona en contra de la Busca y que aprovechó sus problemas y divisiones internas para infiltrase en el gobierno. Así la oligarquía barcelonesa, aliada con los grandes señores territoriales (nobleza y clero) consiguió hacerse fuerte y decidió:
1º Deshacer el sindicato de los Tres Estamentos, creado por la Busca.
2º Ejecutar a los dirigentes de la Busca.
3º Declararle la guerra a la monarquía, que había atentado contra sus privilegios, para intentar recuperar la dirección de Cataluña y descargar, en la medida de lo posible, las consecuencias de la crisis sobre las clases urbanas y campesinas. La lucha directa contra la monarquía la dirigió la Generalitat, que aglutinaba a la nobleza, al clero y al patriciado.
            La crisis que sufrió Barcelona provocó la cesión de su puesto de capital financiera de la Corona de Aragón a Valencia.

B.- MOVIMIENTO REMENSA EN CATALUÑA

            Durante el siglo XIII y primera mitad del XIV, el campo catalán alcanzó una etapa de prosperidad. En 1333 hubo una hambruna que ocasionó una gran mortalidad y a partir de 1348, con la Peste, empezó el ciclo de las epidemias. Estas fechas señalan para Cataluña el paso de la prosperidad a la decadencia. La caída de la población y de la producción tuvo efectos diversos. De inmediato se produjo una bajada en la renta feudal que los nobles intentarían paliar incrementando la explotación directa sobre el campesinado.
            En la rebelión remensa del siglo XV las diferencias económicas (intensificadas por la crisis demográfica) entre los campesinos pobres y los ricos jugaron un papel fundamental. Los más acomodados y poderosos formaron el bando de los moderados (alternaba fases de lucha con negociaciones “sindicales”), mientras los más empobrecidos formaron un bando radical que luchó por conseguir las soluciones más extremas por medio de la acción armada.
            Los señores también sufrieron las consecuencias de la crisis demográfica, por un lado porque los campesinos ricos pudieron redimirse de las servidumbres, y por otro, porque sus rentas, base de su economía, estaban descendiendo rápidamente como consecuencia de la disminución de la población rural, lo que provocó además la disminución de la producción. Optaron entonces por endurecer la condición servil de los campesinos jurídicamente, agravando su condición (se vieron vinculados aún más a la tierra), y económicamente, aumentando los censos, usos y gravámenes a los que estaban sometidos. Este endurecimiento de la condición servil, unido a los dos estragos causados por la peste, provocó el movimiento de emancipación de los remensas.
            La monarquía intentó encontrar una solución legal, autorizó a los remensas para que crearan sindicatos y convocaran asambleas para canalizar sus reivindicaciones, aun a pesar de la oposición de los señores.
            Los estamentos privilegiados aprovecharon la entronización en Cataluña de Fernando de Antequera para revocar las medidas “filorremensas” adoptadas por los monarcas anteriores y para reprimir al campesinado. Pero Alfonso “el Magnánimo” reemprendió de nuevo la política de sus antecesores. El conflicto desembocó en la primera guerra de los Remensas (1462-1472), en la que los señores se encontraron luchando contra los campesinos y el rey. Los remensas, unidos lógicamente a la cuasa real, lucharon formando guerrillas y sus contribuciones más importantes a la causa monárquica durante la guerra fueron: su defensa de Gerona, sus continuos ataques en el Ampurdán y el haber mantenido abiertos los pasos de las montañas para las tropas reales. Sin embargo la victoria definitiva de Juan II (Tratado de Pedralbes, 1472) no comportó un cambio demasiado favorable para los remensas, ya que el monarca no reemprendió entonces ninguna acción para resolver su situación.
            Fernando II “el Católico” adoptó una política de concordia, pero un sector de  la oligarquía catalana se levantó de nuevo contra la Corona. Con su levantamiento agravó la fuerte depresión económica existente y logró que las Cortes restablecieran los derechos señoriales y que declararan anticonstitucional la Sentencia de Alfonso “el magnánimo”. La aplicación de estas medidas provocaron la segunda guerra Remensa (1484-85), protagonizada por el sector más radical del movimiento campesino.
            Tras la derrota de los campesinos, en 1486 el rey promulgaba una Sentencia Arbitral de Guadalupe, por la que se regulaban las relaciones jurídicas y sociales en el campo catalán (los campesinos no podrían ser maltratados y tendrían derecho a abandonar la tierra cuando quisieran), se determinaban las medidas de represión contra los protagonistas de la segunda guerra remensa y el pago de indemnizaciones a los señores. Una de las principales consecuencias de la Sentencia Arbitral fue la desaparición del payés de remensa y la creación del campesino enfitéutico, base de la estructura agraria catalana hasta la época contemporánea.

C.- REVUELTA FORÁNEA EN MALLORCA

            Entre 1450 y 1454 se produjo en Mallorca un levantamiento de los campesinos (forans) contra la oligarquía de Mallorca (ciutadans). Este conflicto social guardó una estrecha relación con los conflictos acontecidos en Cataluña: revuelta remensa y lucha entre la Busca y la Biga; e influyó decisivamente la situación socioeconómica  y política de la isla: mientras los ciutadans controlaban el gobierno, los forans, mucho más numerosos, estaban representados únicamente con un tercio en el General y Gran Consejo. Cuando comenzaron a constituirse nuevas villas los forans más acomodados abandonaron el campo e ingresaron en el estamento de los ciutadans, quienes intentaban que los campesinos soportaran sobre sus espaldas lo pero de la crisis existente.
            Durante el reinado de Alfonso “el Magnánimo” la conflictividad social entre ambos grupos se incrementó, desembocando en una insurrección de los forans. Las medidas represivas contra los insurrectos acentuaron la conflictividad.
            La rebelión fue definitivamente aplastada en 1454. Las medidas adoptadas entonces por el monarca provocó:
-          La ruina de muchas villas
-          La semidespoblación de los campos.
-          La conversión en bandoleros de muchos forans.

D.- EL MOVIMIENTO HERMANDIÑO EN GALICIA

            Tiene lugar entre 1467 y 1470. En Galicia, se trataba de acabar con la caótica situación de la región en la que estaban al orden del día los abusos y atropellos realizados por los señores.
            La fuerza del movimiento arrancó de las villas y ciudades, donde una población de pequeños nobles y burgueses quería poner freno dichos excesos y junto a los que pronto se encontraron los campesinos, cansados de soportar el recrudecimiento de las condiciones de explotación, desde comienzos del siglo XIV. La incorporación del campesinado dio al movimiento un tinte de lucha social que se manifestó en la destrucción de fortalezas, incendio de los campos y ejecuciones.
            Los grandes señores huyeron, pero a partir de 1469 se produjo la reacción nobiliaria que triunfó gracias a la unión de la alta nobleza, pero también y, sobre todo, porque el movimiento perdió fuerza cuando los grupos burgueses y la pequeña nobleza se apartaron de los grupos más extremistas.
            El movimiento acabó en 1470 en medio de una brutal represión cuando los señores plantearon una guerra total.