miércoles, 9 de julio de 2014

UNIDAD DIDÁCTICA 12: El mundo occidental. Material Complementario.



“Es lógico que los Estados Unidos hagan todo lo que les sea posible por favorecer la vuelta al mundo a una salud económica normal sin la cual no puede haber ni estabilidad política ni paz asegurada (…). El fin de nuestra política deberá ser el restablecimiento de una economía mundial sana, de manera que permita la vuelta a las condiciones políticas y sociales en las cuales puedan existir instituciones libres. Tal existencia, estoy convencido de ello,, no puede ser establecida sobre una base fragmentaria a medida que aparece tal o cual crisis (…).
Es evidente que, antes de que el gobierno americano pueda avanzar en sus esfuerzos para mejorar la situación y ayudar a los europeos en el camino de la reconstrucción, debe existir un acuerdo entre los países europeos sobre las necesidades de la situación y sobre la parte que estos países aportarán para prolongar la acción de nuestro propio Gobierno. No sería conveniente ni eficaz el poner en aplicación por nuestra parte unilateralmente un programa destinado a restablecer las bases económicas de Europa; eso es asunto de los europeos. La iniciativa, en mi opinión, debe venir de Europa. El papel de nuestro país debería consistir en ayudar a los europeos a elaborar tal programa, y seguidamente a aplicarlo, en la medida en que nosotros podamos hacerlo. El programa debería ser aceptado por la mayoría, si no la totalidad, de las naciones europeas.”
G.Marshall,  Discurso en la Universidad de Harvard, 1.947.

“Y todavía repugna más a la juventud, como ha repugnado a todos los moralistas a lo largo de miles de años, la ética que lo juzga todo de acuerdo con el provecho que puede reportar. Han visto nuestros jóvenes a los altos dignatarios de las corporaciones más importantes de la nación conspirar para fijar precios, reunirse en mezquinas asambleas para robar unos centavos al mes a todos y cada uno de tantos millones de americanos. Han visto como encerrábamos en la cárcel a los que encontrábamos en posesión de marihuana, mientras nos negábamos a limitar la venta y la publicidad para la expedición de tabaco, que es responsable, todos los años, de la muerte de tantos miles de americanos.
Han intuido que el delito organizado, todo un imperio de corrupción, de codicia venal, de extorsión, sigue proliferando, y no ya de una forma tolerada, sino aliado a menudo a significativos elementos del mundo del trabajo, de los negocios y del propio gobierno.”
Robert Kennedy: Hacia un mundo nuevo. 1968