La introducción de las máquinas en los
procesos de producción plantea nuevos problemas a los que hay que dar
soluciones desconocidas hasta entonces, pues modifica sustancialmente las
relaciones sociales y modifica profundamente las estructuras de intercambio
económico. Tres de los problemas más destacables serán: a) la plétora de mano
de obra con salarios bajos y paro en situación de desprotección absoluta, con
horarios excesivos, sueldos bajos, abuso laboral hacia mujeres y niños que
haciendo lo mismo cobran la mitad o un tercio del trabajo de un hombre; b)
fábricas carentes de higiene y medidas de seguridad laboral; c) hacinamiento de masas en suburbios en casas
sin ventilación y sin servicios… Todo ello lleva a la deshumanización del
trabajo industrial que cosifica al ser humano como un medio de producción más
desdeñando cualquier referente humanitario hacia los trabajadores por parte del
empresario o capitalista.
El paso de la manufactura a la máquina estuvo
inevitablemente ligado al aumento de la jornada laboral y a la adecuación del
obrero a la máquina, descalificando su valía laboral.
Contra esta situación, el proletariado
inglés, como primer foco de desarrollo industrial se organiza en sus inicios de
tres formas diferentes: a) La corriente radical, dirigida por Place, quien
canaliza un programa la acción en torno a un programa político, que no renuncia
a los cambios desde la propia política y no discute la esencia del capitalismo;
b) el sindicalismo espontáneo y autoorganizado, local y sectorial que tiene
reivindicaciones concretas y no parámetros objetivos ni generalistas; c) las
reacciones mecanoclastas, los luditas, que toman su nombre del imagionario popular
que hace referencia al Capitán Ludd, Ned Ludd, de dudosa existencia y
procedencia, reaccionan contra las máquinas, siendo muy activos desde 1810
hasta 1820, tomando cartas en el asunto el Parlamento británico para frenar las
continuas destrucciones y castigarlas incluso con la vida en una defensa a
ultranza del nuevo modelo capitalista (otro ejemplo de “no intervención” del
Estado).
La situación del proletariado británico,
pionero de la revolución industrial, era paupérria y las reivindicaciones
laborales se veían frustradas por las Conbinatio Laws que consideraban los grupos
sindicales como elementos sediciosos y antigubernamentales.
En 1824 Francis Place consigue que se se
legalicen las asociacines obreras que ya ses estaban gestando en la ilegalidad,
las Trade Unions. Se multiplicaron las huelgas y John Doherty organiza la Unión
General del Reino Unido agrupando a los sindicatos e oficios, lanzando un
rotativo, La voz del pueblo, que lanzaba 30.000 ejemplares. Lsa vuelta a la
ilegalidad del sindicalismo hace que pierdan fuerza hasta ser absorbidos por
los sindicalismo científicos.
EL MOVIMIENTO
CARTISTA
En los años treinta del siglo XIX los
objetivos pasan de ser meramente sindicales para lanzar propuestas políticas.
Entre sus líderes destaca O’Connor que reclamaba la intervención del Estado en
la economía con una legislación que protegiera al trabajador, enarbolando la
bandera de la democracia, llegando a reclamar por parte de Lovett el sufragio
universal. Tras la decepción de la ley electoral de 1832 un grupo de artesanos
londinense desencadenan una campaña en favor del sufragio universal. En 1838
Lovett y Place redactan la Carta del Pueblo al parlamento británico, donde se
incluyem ñas siguientes reivindicaciones políticas: a) sufragio universal
masculino; b) renovación anual del parlamento; c) escrutinio secreto; d) inmunidad
parlamentaria; e) circunscripciones electorales iguales; f) sueldo para los
diputados... una tendencia más dura convoca huelgas violentas y mítines para
concienciar a la masa. En 1842 el parlamento rechaza las aspiraciones de los
cartistas. Tras la revolución de1848 cobran fuerza, pero en los años 50
desaparece paulatinamente a la vez que desaparece el sustrato social que lo
sustenta, los artesanos de los viejos oficios.
LOS SOCIALISMO
UTÓPICOS
Se propagan en un periodo de transición antes
de la consolidación de las grandes estructuras industriales y antes de que la
clase obrera constituya un todo homogéneo. Prefieren la evolución a la
revolución y los medios pacíficos a los violentos Centran el cambio en la
aceptación progresiva de la burguesía en sus aspiraciones, prestan más atención
al proyecto que a los medios y tienen en algunos casos vocación mesiánica. No
proyectan grandes estructuras obreras si no más bien sociedades fraternales en
alternativas que no llegan a adquirir el éxito que pensaban tener.
Robert Owen: industrial lanero sentó las
bases del socialismo utópico. Creador en su fábrica de New Lannark, de
alojamientos para obreros, con jardines, economatos, comedores y escuelas, su
fama en vida fue muy superior a la de otros socialistas utópicos. En Estados
Unidos, New Harmony, creó infructuosamente un modelo de propiedad común de los
medios de producción. Más famosas fueron sus relaciones con Doherty en la
campaña en favor de las 8 horas y su colaboración para la integración de los
pequeños sindicatos en la Great Trade Union, que en pocas semanas alcanzó los
500.000 miembros. Lo que alarmó al gobierno y provocó su ilegalización.
Saint Simon: postula el bienestar para el
mayor número posible antes que el beneficio particular, pero indica que la sociedad
debe estar regida por élites de hombres selectos y preparados
independientemente de sus extracción social.
Fourier: ensayço los falansterios,
compuestos por 1620 individuos de ambos sexos y heterogénea preparación y
origen. El trabajo se convertiría en un placer porque dependería del gusto de
cada uno y se podría cambiar de actividad varias veces incluso al día. Persiste
la propiedad privada y el derecho de herencia. Los beneficios de la explotación
se reparten a partes iguales. Llegaron a funcionar en Estados Unidos, Francia,
Rusia, Inglaterra y España (Cádiz) pero acabarán desapareciendo.
Cabet: que en 1842 publica Viaje a Icaria defiende una sociedad
regulada por el sufragio universal con asamblea popular. Se suprime la
propiedad privada, se socializan las materias primas y medios de producción y
se pretende acabar con el comercio especulativo. Los funcionarios se eligen por
concurso.
Proudhon: encasillable en el anarquismo,
indica que la libertad y la igualdad se deben alcanzar sin sacrificio de ninguna
de ellas. Sus apelaciones a la solidaridad se resuleven en el campo político en
el Federalismo y en el plano social en el Mutualismo.
Luis Blanc: creador de los Talleres
Nacionales y defensor del derecho al trabajo.
Adolfo Blanquí: influido por los carbonarios y
otras sociedades secretas. Defiende la insurrección como medio único de
transformación social.
EL MARXISMO
El pensamiento socialista alcanza su máximo
teórico con un pensador controvertido como Karl Marx. Muchos campos del saber
se modifican tras el análisis del pensador alemán. El método marxista, la
dialéctica, es el estudio de las contradicciones que engendran os modelos
económicos en los políticos y sociales a lo largo de la historia. Estable
varios periodos para la historia, la sociedad esclavista, la feudovasallática y
la capitalista, que en todo caso suponen la opresión de una gran masa social en
favor de una minorías que controlan los resortes del poder y los medios de
producción. Para Marx debe haber cuatro fases que establezcan el hundimiento
del capitalismo y sus sustitución por el Cmunismo. En sus libros el manifiesto
Comunista y el Capital describe las cuatro fases revolucionarias y las
características de su ideología. Las fases son: a) toma de concienca de clase
proletaria, donde se deben crear casas del pueblo, sindicatos y partidos y
participar de la vida política para llegar al poder si fuera posible por la
política sin renunciar a la revolución; b) la lucha de clases, principal motor
de la revolución proletaria que puede realizarse a través de las armas o por
las urnas; c) La dictadura del proletariado que elimine cualquier vestigio de
la sociedad burguesa o precedente a la ella y establezca nuevos parámetros,
políticos, sociales, culturales y mentales en pro de la clase obrera mayoritaria;
d) por último la sociedad sin estado o Comunismo donde están socialidos los
medios de producción y la plusvalía o no existe o se socializa.
Para marx el verdadero elemento que supone el
el engaño al trabajador es la plusvalía. El valor de una mercancía depende del
trabajo realizado para su producción, es decir el coste económico, físico y
bhumano. Para Marx el más importante es el humano, pues la fuerza de trabajo de
un obrero es lo que determina el verdadero motor productivo. La plusvalía es la
diferencia entre el coste de producción y el beneficio, esa diferencia o
plusvalía se la queda exclusivamente el empresario burgués y para Marx es la
materialización de un trabajo no pagado. Es decir, esa plusvalía hay que
repartirla entre empresario y trabajadores.
EL ANARQUISMO
Se trata de una ideología atemporal y
supraclasista que trasciende la lucha contra el capital y se opone al
liberalismo económico en la misma medida que al nacionalismo.
Se distingue de otros movimientos obreros y
sociales por su repugnancia y rechao a participar del juego político,
interpretado como instrumento ideado por las clases dirigentes para controlar a
la masa social en beneficio propio.
Sus postulados no dejan claros si los medios
de producción deben ser socializados, aunque defiende que es la manera más
justa, sin embargo se detiene en el madio más que en el fin. Aboga por la
autoorganización obrera, en sindicatos y gestión empresarial, de manera
asamblearia y horizontal rechazando cualquier jerarquización o delegación de
cuto de poder en una persona de manera permanente y prolongada, tratando de que
las instituciones supongan un instrumento para la lucha y no un fin en si
mismo. Defiende la acción directa a través de tres ámbitos, la educación en pro
de la libertad o libertaria, la acción social y obrera y por último la
propaganda por el hecho o devolución de las agresiones y violencia contra la
clase popular u obrera a través de las armas en asesinatos selectivos de
dirigentes políticos. Es la primera ideología que defiende la absoluta igualdad
entre hombres y mujeres y defiende el ateísmo social, relegando al ámbito
privado la religión. Respecto a las naciones las deplora tanto en cuanto sus
aspiraciones se centren en la creación de un Estado que suponga el control de una
clase sobre otra. En este sentido se defienden las culturas y se rechazan las
naciones. Defienden la revolución campesina y obrera, la desaparición de los
ejército la libre federación de colectivos en pro de un beneficio único y
social. Creen en la propiedad privada pero no exclusiva. Es decir, en el
beneficio social por encima del personal. Si el beneficio personal se opone al
interés social prima siempre el interés social.
Sus principales representantes son Bakunin,
Malatesta, Reclus, Godwin, Stirner, Kropotkin, Anselmo Lorenzo, Salvador Seguí,
Cipriano Mera o Buenaventura Durruti.
LA I Y II AIT
ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE TRABAJADORES
La toma de conciencia de los problemas que
afligían al proletariado en todas las naciones industriales suscita la necesidad
de una organización que encauce la movilización de un obrerismo internacional,
europeo. La revolución de 1848 abre los ojos a un movimiento obrero que ya no
cree en el republicanismo como medio de lucha por sus derechos, deberes e
intereses. El primer encuentro estuvo promovido por la masonería que agrupa
intereses de obreros de diferentes estados, quienes crean un comité organizador
que actúa desde verano de 1863.
El 28 de septiembre se reúnen en
Saints-Martins Hall tradeunionistas británicos, proudhonianos franceses,
miembros de la asociación de trabajadores alemanes y emigrados
polacos,húngaros, italianos, rusos... Desde el punto de vista ideológico se
distinguen desde cartistas y tradeunionistas, socialista de toda clase,
proudhonianos, pero dos figuras se convierten en los grandes referentes,
Bakunin y Marx. Marx insiste en la idea de que serán los propios trabajadores
los que se liberen del yugo de la opresión marxista y que éstos mismo obreros
no pueden ser indiferentes a la toma del poder.
Los tradeunionistas confiaban en la huelga,
los proudhonianos en la evolución pacífica y gradual, marz defiende la acción
política y Bakinin rechaza participar de la política.
Se acuerda la celebración de un congreso
anual. En el de Ginebra de 1866 se inclinan por el fomento del mutualismo de
Proudhon. Al año siguiente en Lausana el enfrentamiento entre pacifistas
proudhonianos y marxistas era evidente.
Finalmente el choque entre los estatalista
marxistas y los anarquistas era inevitable por la discrepancia que existe en la
entrada en el juego político y la fase de dictadura del proletariado que
rechaza de plano el anarquismo.
En congreso de la Haya de 1872 supone el
triunfo de los marxistas que expulsan a los anarquistas.
En 1889 se constituye la Segunda Internacional
donde la influencia de Marx es constante. En esta segunda fase
internacionalista se respetan las opciones de las distintas naciones,
sucumbiendo a la nacionalización del socialismo frente al internacionalismo
anarquista y se aceptan la pluralidad de tácticas. En los siguientes congresos
los anarquistas vuelven a quedar fuera pues se rechaza la participación de
aquellos grupos que rechazan la participación política. Las respuestas
pusilánimes y de consenso de mínimos frente al colonialismo y la tensión internacional
hacen que el socialismo en vísperas de la primera gran conflagración mundial se
postule en favor de cada país en lugar de defender el intenacionalismo obrero,
defienda la nación frente a la clase, traicione los principios que la sustentan
y adopte nuevas formas de socialismo como la socialdemocracia que rechaza el
acceso al poder mediante la revolución.