La Revolución industrial no es un
proceso único e inmutable, en el tiempo, es más bien un proceso cambiante en
función del desarrollo científico y tecnológico aplicado al mercado. También
evolucionan las empresas, el consumo y las teorías capitalistas hasta conformar
el amplio bagaje del que disfrutamos actualmente.
TEÓRICOS DEL LIBERALISMO
Durante la primera fase el
liberalismo político define el modelo de Estado. En economía se considera a
Adam Smith y su libro La riqueza de las naciones, de 1776, como el padre del
liberalismo económico. Sus principales premisas son: s) la no intervención del
Estado; b) el mercado se auto regula con la teoría del equilibrio entre la
oferta y la demanda; c) el ahorro y la inversión de éste son la base del
crecimiento económico.
Otros autores desarrollan el
liberalismo económico a partir de la ideas de Adam Smith. Serán David Ricardo,
Robert Malthus, León Walras o Marshall. En el caso del Ricardo se centra en el
valor del producto como coste productivo, además establece que el sueldo debe
estar equilibrado entre para evitar que sea demasiado alto, crezca la población
y aumente la mano de obra y bajen los salarios y uno demasiado bajo reduciría
la población y aumentarían los salarios. Su finalidad no es humanista, si no
económica cosificando la mano de obra y desposeyéndola de todo valor humano.
Por su parte, Robert Malthus, trata de establecer un equilibrio entre población
y recursos, alegando que tiene si la población crece de manera exponencial
mientras que los recursos crecen de forma aritmética, el desequilibrio
obligaría a imponer políticas restrictivas a la natalidad. Sus teorías,
vigentes durante largo tiempo hoy quedan científicamente desechadas. León
Walras se centra en la teoría del valor marginal del producto, es decir, el
producto no adquiere el valor de coste de producción más beneficios, sino
además, lo que el consumidor esté dispuesto a pagar por él. De esta manera se
pervierte el principio del equilibrio entre la oferta y la demanda para
establecer el valor. Además permite el desarrollo del marketing para las
empresas. Marshall por su parte sintetiza la corriente del liberalismo clásico
con las teorías marginalistas, estableciendo la curva de la oferta y la demanda
que sigue vigente hoy como paradigma del valor real de un producto.
POSTULADOS DEL LIBERALISMO
ECONÓMICO
Son principalmente tres asentados
como ciertos e inmutables por la historiografía tradicional y oficial, pero que
tras el sustrato ambiguo en el que se asientan se vislumbra una clara política
a favor de la clase capitalista en detrimento de la ingente masa obrera.
Doctrina del laissez faire – laissez passer, o de autorregulación
del mercado sin necesidad de injerencia estatal. Lo cual viene a significar
realmente una política de mantenimiento del status quo de la élite económica
quienes se ven favorecidos por las leyes y la represión estatal que se ejerce
contra los trabajadores por parte del estado que ellos mismo controlan.
La ley del mercado está limitada
por el juego de la oferta y la demanda, que no debe estar limitada ni tan
siquiera por aranceles proteccionistas: el librecambismo
como oposición al proteccionismo.
La acumulación de capitales, factor indispensable para el crecimiento
y desarrollo económico. El pensamiento liberal centra su atención en el
trinomio ganancia, ahorro y capital.
LA ERA DEL GRAN CAPITALISMO
En el último tercio del siglo XIX
los productos industriales de las potencias europeas llegaban a todo el
planeta. La economía se mundializa, apoyado por la revolución de los
transportes y el desarrollo de un sistema financiero internacional. Se produce
un aumento de la producción industrial entre 1870 y 1900, cuyo paradigma más
importante es el aumento de la producción de carbón de 220 mill. de Tm. a 800
mill. de Tm.
Además, aumentan las inversiones
en el exterior que terminarán configurando un mercado mundial, todavía
incipiente, donde algunos países o regiones se especializan en la producción de
determinadas materias primas, algodón, caña de azúcar, cacao, café… y otros en
elaborar productos manufacturados. Los países que tratan de desarrollar un
tejido industrial propio abandonan los postulados librecambistas para optar por
un proteccionismo que permita a sus industrias ser competitivas.
Esta fase de crecimiento del
capitalismo se apoyó en la abundancia de del oro y de la plata de California,
Australia, Alaska y Sudáfrica. Aumenta la circulación de moneda, los créditos
bancarios, el mercado financiero internacional y sociedades aseguradoras, con
el consiguiente aumento en los mercados de valores, bolsas, como la de París
que manejaba en 1830 4.850 millones de
francos y en 1900, 87.000 millones de francos.
La empresa capitalista crece y de
pequeñas sociedades se pasa a grandes sociedades anónimas multinacionales.
Desde 1840 aparecen sociedades por acciones para el impulso de grandes obras de
infraestructura, alcantarillados, canalizaciones de agua potable,
ferrocarriles, puertos, suministros de electricidad o de gas. A finales del
siglo XIX surgen asociaciones de empresa que deciden sobre precios y
producción, pervirtiendo el mercado libre, ideal último del liberalismo
económico, cambiando la tendencia librecambista hacia la monopolística. Los
tipos de asociaciones que pervierten la libre competencia son: a) Kartell:
acuerdo de precios sobre un mismo producto entre los fabricantes; a la fusión
de varias empresas productoras de un mismo producto se le llama Konzern, cuya
intención es el control monopolístico del mercado; b) Trust: se trata de una
fusión de empresas, no de carácter horizontal, sino vertical, es decir, de todo
el proceso productivo, desde la extracción y distribución de la materia prima,
al proceso de fabricación y distribución final del producto o comercialización,
llegando incluso a incluir sociedades financieras propias que conforman grandes
conglomerados de empresas más potentes que muchos estados. Los estados tenderán
a establecer legislaciones que limiten estas tendencias en el mismo grado que
tienden a saltarse sus propias leyes.
El nuevo paradigma de empresario
es el Hombre de Empresa, como Rockefeller con el petróleo, Morgan en la Banca,
Ritz en hostelería, Cointreau en licores…
Las antiguas ferias se sustituyen
por mercados reguladores, Liverpool el de la lana, Milán el de la seda, inversiones
en Londres y Nueva York, Ámsterdam el de flores…
Nace una nueva forma de poder y
un nuevo agente internacional, las multinacionales, que imponen sus criterios
incluso en los estados más poderosos.
EL PROGRESO DE LAS COMUNICACIONES
Los principales complejos
ferroviarios europeos quedan terminados hacia 1870. El ferrocarril es un agente
transformador muy poderoso, además de ser un importante campo de inversiones y
desarrollo industrial, proporciona nuevas posibilidades y dimensiones al
mercado internacional, estimulando el intercambio.
En esta fase el barco de vapor
desplaza definitivamente a la vela. Hasta 1870 el buque resulta demasiado caro,
pero en esta década, las innovaciones tecnológicas permiten aumentar la carga y
la velocidad. Se potencia la navegación marítima y se intercomunican todos los
grandes mares y océanos con la construcción de los canales de Suez y Panamá que
ahorran tiempo y costes en el mercado internacional e intercontinental. La
creación de una red mundial de transportes continentales y oceánicos tiene un
doble efecto: a) por un lado, el hundimiento de los precios de algunos
productos; b) por otro lado, la división mundial entre un núcleo de países
industrializados y un anillo periférico de países productores de materias
primas.
En 1885 aparecen los primeros
motores movidos por derivados del petróleo, nueva fuente de energía que junto
con la electricidad desplazan al carbón y al vapor.
El primer automóvil lo construye
Mannheim Carl Benz, de gasolina. Forest construye el primer motor de cuatro
cilindros, dotando de inyección al carburador y bujía al encendido en los años
noventa decimonónicos. Michelín inventa los primeros neumáticos y Renault la
marcha directa. A principios del siglo XX ya hay algunas fábricas de
automóviles. Este medio de transporte sustituye al ferrocarril como
estructurador de la economía y del estado pues las infraestructuras de
carreteras, asfaltado por alquitrán vertebra al detalle cualquier parte del
territorio de un país, además de impulsa lar industria siderúrgica y
petrolífera.
El transporte trasciende las
fronteras de lo terrestre y se realizan las primeras creaciones aeronáuticas
con la aparición de los globos de aire caliente, los Zeppelín, que además de
mantener la estructura del globo aerostático desarrolla unos motores que le den
mayor movilidad y capacidad de carga, desde 1896, aunque su intento es un
fracaso comercial. En 1903, los hermanos Wright consiguen realizar el primer
vuelo controlado y en 1908 recorren 112 millas en 3 horas.
En la difusión de la información
aparecen nuevos vehículos y canales de transmisión, al telégrafo se une el
teléfono y la radio, impulsando la creación de un mercado mundial y de un mudo
que reduce las distancias entre las culturas y países. Se crea la Unión Postal
Universal para estructurar un mercado postal global efectivo y que mantenga la
privacidad. Además es de vital importancia la unificación de los sistemas
métricos y de medidas universales que facilitan el entendimiento entre
transacciones, mercados y países a nivel comercial.
INNOVACIONES TECNOLÓGICAS
El salto tecnológico y científico
en esta fase no es solo cuantitativo si no también cualitativo, produciéndose
un boom tecnológico que dura hasta nuestros días modificando seriamente las
conductas y comportamientos de varias generaciones.
En el plano industrial, la
electricidad da lugar a la creación de generadores, pilas, alumbrado público,
motor eléctrico, transportes urbanos como metropolitanos, tranvías y trolebuses,
telégrafo, teléfono, radio…
En la industria química, se
desarrolla la fabricación de sosa para el blanqueado, de tintes sintéticos para
la industria textil, fosfatos, nitratos y carbonatos para la agricultura;
explosivos como la dinamita y la nitroglicerina.
Respecto a la química
farmacéutica se sientan las bases de una nueva industria muy desarrollada, que
crea la morfina, heroína, cocaína, aspirina y la penicilina entre otros
compuestos sintéticos con un fin médico y curativo.
En la industria del metal, el
novedoso el uso del aluminio a través de la extracción de bauxita o del cobre,
para la conducción eléctrica. Se incrementa la demanda de cinc, níquel para
evitar la oxidación del hierro. El empleo ahora se diversifica con la industria
armamentística y la construcción sobre todo de grandes edificios como
rascacielos…
LA CRISIS DEL CAPITALISMO
Las innovaciones constantes no
suponen un camino de progreso, ya que el desarrollo del capitalismo va
acompañado de gran inestabilidad con periodos de prosperidad y otros de
depresión y paro.
Juglar midió los periodos en más
o menos ocho años llamados ciclos mayores, donde se alternan crecimiento
con recesión. Por su parte, Kitchin establece estos periodos en 3 o cinco años,
llamadas ciclos menores. En ambos casos se trata de ciclos cortos.
En un sentido más amplio y procesal que el anecdótico o coyuntural que estudian
los anteriores, Kondratieff establece unos ciclos largos en oleadas de
50 años con fases generales de crecimiento y otras de decrecimiento.
La integración internacional, la
industrialización y el Patrón Oro en el sistema monetario mundial, tienden a
provocar la coincidencia de crisis en todos los países industrializados a la
vez, provocando que una crisis local se extienda rápidamente a todo el conjunto
de países del planeta. En el siglo XIX estas crisis se dan en los años 1825,
1836, 1847, 1873 y 1890. Pero quizás la más importante por servir de revulsivo
de cambio estructural en la economía es la de 1873, que coincide con el paso a
la segunda revolución industrial. Estas sacudidas son periódicas y se repitan
también a los largo del siglo XX, provocando nuevas oleadas revolucionarias.