Características del Antiguo Régimen
Se denomina Antiguo Régimen a la
estructura social, política, económica, cultural y mental que rige en Europa
hasta finales del siglo XVIII, concretamente hasta 1789, año de la Revolución
Francesa.
Se caracteriza por un sistema político basado en el
Absolutismo, que deriva en el Despotismo Ilustrado. El absolutismo es la forma
de gobierno personalista de un Rey que accede al trono de forma hereditaria y
que gobierna sin cortapisas ni obstáculos. “El Estado soy Yo” llegaría a
afirmar Luis XIV, paradigma del modelo absolutista. La característica principal
de este modelo es el origen divino de la monarquía, pues los defensores del
modelo político alegaban que los monarcas habían sido elegidos por Dios para
dirigir los destinos del país. Se dejan de lado las Cortes y la nobleza sirve
para nutrir la administración del Estado y el Ejército, con el apoyo y
beneplácito de una élite religiosa muy alejada de las necesidades de la
población. La influencia de la Ilustración derivo en un nuevo modelo político,
el Despotismo Ilustrado que se puede resumir en un lema “Todo para el pueblo
pero sin el pueblo”. En España Carlos III llegó a ser el principal
representante de este modelo. El Monarca Ilustrado trata de conceder obras
públicas y oportunidades a un pueblo con el que no cuenta para gobernar en
absoluto. Se trata de un paternalismo de Estado que va a tratar al súbdito como
un menor de edad.
La excepción al modelo
absolutista viene de las Islas Británicas, donde la revolución de 1688,
consigue imponer un modelo de monarquía parlamentaria donde el Rey comparte
soberanía con el Parlamento.
La estructura social proviene de la herencia medieval. Se trata de una
estructura piramidal donde se distinguen principalmente dos grupos: a)
privilegiados, formados por Rey, Nobleza, tanto alta nobleza como baja nobleza
y el alto clero; b) No privilegiados, formados por bajo clero, campesinos,
artesanos, comerciantes y burguesía comercial. La diferencia estriba en que los
no privilegiados tienen que pagar impuestos y su acceso a puestos de
responsabilidad en la administración y el ejército está limitado. Los
privilegiados copaban estos puestos y tenían una posición de preeminencia sobre
el resto, independientemente de la riqueza que posean. Se accedía a uno u otro
grupo por nacimiento y la movilidad era muy reducida o casi inexistente. Otro
elemento diferenciador es que la nobleza contaba con su propio voto, la Iglesia
con el suyo y la amalgama de intereses y masas sociales que componen la mayoría
de la población, el Tercer Estado o Pueblo Llano disponía de un solo voto en
representación parlamentaria.
El modelo económico propio y heredado de la edad feudal es el agrario.
Se trata de una agricultura y ganadería de subsistencia con escasos excedentes
donde la propiedad de la tierra está controlada por unos pocos propietarios,
nobleza e Iglesia, quienes tienen una parte de su feudo o territorio bajo
cultivo y aprovechamiento propio, aunque cultivados por siervos, la reserva; y otra
parte que se cede a agricultores en régimen de aparcería (a cambio de parte de
la cosecha) o en alquiler (a cambio de dinero). La vinculación riqueza-tierra
todavía está vigente durante el siglo XVIII y serán las teorías de Quesnay y la
fisiocracia la que sustente este modelo.
Por el contrario, en Inglaterra y
Países Bajos se impone un mercantilismo procedente de su potencial comercial
durante el siglo XVII. Será Inglaterra la que se imponga como gran potencia
comercial en el mundo y la que desarrolle el modelo mercantilista. Ello les
facilitará una apuesta por el parlamentarismo, debido a la fuerza de su
burguesía comercial, la acumulación de riquezas gracias sobre todo a los
monopolios comerciales y el comercio de esclavos. Liberados de los tabúes religiosos
apuestan por el desarrollo científico y técnico. Esta suma de condiciones
coloca a Inglaterra en posición para originar y crear la revolución industrial.
La Ilustración
El siglo XVIII dará a luz una de
las corrientes intelectuales, culturales y filosóficas más importantes de la
historia. Sus ideas y proyectos se irán plasmando en la vida cotidiana durantes
los siglos XIX y XX y provocarán reacciones contrarias incluso en el mismo
siglo XXI. Apuestan por una sociedad alfabetizada y culta, defienden el derecho
a la educación (hoy, tres siglos después todavía se cuestiona y se ataca este
derecho por analfabetos funcionales), el desarrollo científico y técnico, la
difusión de la cultura (cuyo ejemplo más importante es la publicación de la
Enciclopedia de Diderot y D’Alambert). Es en este periodo cuando se mira Europa
en el espejo británico y, sobre todo, intelectuales franceses difunden la
separación de poderes (Montesquieu), la libertad ideológica y la tolerancia
religiosa (Voltaire) o la soberanía nacional (Rousseau). El paternalismo del
Despotismo Ilustrado choca frotnalmente con las aspiraciones reales de la
sociedad del momento, ansiosos por cumplir su deseo de libertad, igualdad y
justicia que se les había negado durante cientos de generaciones.